( DONDE COMEN DOS, COMEN TRES )
Serie de audios (con posibilidad de ser acompañados de imagen fija) Duración total 12’ 13’’ (cada pieza de 4 minutos aproximadamente) Disponible en soundcloud y vimeo
Andrea Ospina
BIOGRAFÍA

Cocinar es el camino más enfático para entender que la dualidad no existe. La necesidad de nuestro cuerpo es altamente estética. La productividad está cargada de significados y un solo momento es a su vez lo esporádico y lo milenario. La cocina es anacrónica y heterogénea, como los refranes. Los alimentos son el deseo y su destrucción, micro rituales que pasan por la interacción entre nuestros cuerpos y confabulan como un consejo. Lo que servimos es un discurso y lo que compramos es un manifiesto que nos exige tomar la sartén por el mango.
Allí se defienden posiciones, se pueden transgredir los órdenes y se centra el poder en cada paso de una larga cadena. Cuando la cocina y el alimento toman voz no hablamos sobre ellos sino desde, por y para sus procesos; son la metáfora y lo práctico aquello que permite expresar lo que se guarda entre molinillos y trastos, un intercambio que puede ser seguro y cómplice. En este proyecto, la cocina y la mesa son espacios políticos expresados a través de la oralidad popular, un lugar de familiaridad y de desencuentro, con la capacidad de que tanto un ingrediente como una frase, se vayan, repentinamente, por un camino que nunca esperamos.
(Donde comen dos, comen tres) fue un ejercicio virtual participativo realizado de julio a septiembre de 2020 para acercarse a la dimensión política de la alimentación, expresada en la narración, desde el rol de la mujer en la cocina. Los primeros resultados fueron cuatro audios sobre las intersecciones y tensiones entre lo recolectado por redes sociales y en conversaciones con mujeres de diferentes territorios de Colombia y Chile, sobre los saberes populares, el papel femenino en la cocina, el alimento como forma de trabajo y las concepciones de campo y ciudad, rozando así temas como el cuidado, el afecto, la soberanía alimentaria y la cocina como espacio de encuentro comunitario.

Su objetivo final era traspasar la normalización e incluso romantización de estos procesos y ponernos en los zapatos de personas que están implicadas en temáticas altamente conflictivas como es la pérdida de conocimiento sobre la producción de alimentos, el abandono sistemático a la ruralidad, el machismo, el trabajo doméstico y la limitación de los entornos comunitarios.
Entre conversaciones e interacciones en redes se entretejen las voces de líderes comunitarias, trabajadoras domésticas o de pequeños comercios, madres de diversas profesiones entre muchas más para dar una jugosa mezcla de lugares, pensamientos y anécdotas. Utilicé el refrán como detonante y aglutinante, porque materializa un cúmulo de saberes populares que se escapan a cualquier definición y reposan en conversaciones en la mesa; de imaginarios y estructuras expresadas de la manera más sugerente y a la vez más directa (desde los alimentos, los utensilios y los procesos) recordándonos que en la cocina la práctica, la teoría, lo personal y lo social son inseparables, y se comprende lo sutil de un comentario mientras se revuelve una olla de sopa.
_ Andrea Ospina Santamaría
andospinasan@gmail.com
(+57) 3154679942
Manizales, Colombia.

Artista plástica y gestora cultural y comunicativa de Manizales, Colombia (1994). Actualmente estudiante de la maestría en Museología y Gestión del patrimonio en la Universidad Nacional de Colombia. Desde su proceso plástico e investigativo se ha centrado en las relaciones entre la creación y la circulación de las prácticas artísticas en proyectos expositivos, editoriales y comunicacionales, principalmente pensando en el archivo y su transformación según el entorno y la participación. Se encuentra trabajando en relación a los saberes populares dentro de diferentes proyectos curatoriales y de mediación. Hace parte del Colectivo .CO (Bogotá, Colombia) y de la revista web de arte contemporáneo Error 1913 de la Universidad de Caldas.



1. Prepare un plato que sea de su gusto. Se recomienda que dedique un buen tiempo, use productos locales y se deje remover las entrañas, pero cualquier comida servirá.

2. Si no tiene tiempo, siéntese a almorzar un pedido o en un
restaurante, preferiblemente de barrio, de esos que saben a almuerzo de casa.

3. Póngase cómodo, con su celular cargado y con el siguiente link a mano:
vimeo.com/446294092

4. Utilice unos audífonos y active el sonido cuando inicie a comer. 5. Concéntrese, en sus ruidos mientras come y en estas voces, sienta que le están contando cada una de las palabras.

6. Agradezca a quién realizó esta comida, incluso si fue usted mismo, y piense en todos los ciclos que la envuelven.

7. Encare su posición en el mundo de los alimentos. Asúmala con responsabilidad.



Conversaciones: Desde Suesca, Cundinamarca, Carmen Alicia Moreno, Doris Serrucho, Yeimy Julieth Triana y Sandra Medina. Desde Bogotá, provenientes de Boyacá, Mariela Rodríguez y Elena Rojas. Desde Santiago de Chile, Natasha Pons, Verónica Mena y Lily
Duffau. Diálogos intergeneracionales de Marla Castellanos y Maritza Aponte (Bogotá, Cundinamarca), Diana Paola Castro y Berta Lilia Rodríguez (Sogamozo, Boyacá), Natalia Zambrano y Luz Elena Duque (Alto de letras, Caldas), y Diana Valentina Cosa, Pastora Cubillos y sus hijas Aura y Elizabeth (Manizales, Caldas).
Instrucciones para no comer solo